Sin saber que ponerme

Autora: Estefania Mor

No sabía que ponerme. Cuando ves mucho a una persona los recursos para sorprenderle cada día son más complicados y a mi me gusta gustar y el efecto sorpresa. Creo que todavía lo consigo. Elegí unas medias con liguero bajo un vestido sedoso, mini faldero y con escote muy abierto. 

Hoy también me iba con él de acompañante en su furgoneta de trabajo. En el punto de encuentro, nos comemos a besos, nos achuchamos, nos miramos de arriba a abajo, nos volvemos a besar, a abrazar….como si nos nos creyéramos que estamos uno frente al otro, de nuevo. Nos echamos tanto de menos…. 

Llevaba sus regalos de Reyes en las manos. Entre la emoción del momento y la entrega de paquetes todavía no se había fijado en mí bien, bien. Una carta que le habían escrito sus majestades y la apertura envolvieron nuestro mágico momento. 

Una vez listos para emprender nuestro día, levanté un poco mi falda para mostrar mis ligas, y un poco más para mostrar mi liguero…. los ojos se le abrieron como platos y su mano ya no se pudo estar quieta. Camino a su siguiente destino comenzó a jugar con sus dedos y mis bragas, las apartó. Yo le puse la tarea muy fácil, abrí las piernas, apoye una de ellas en la puerta y permití que sus dedos provocaran que la excitación de nuestro encuentro se amplificara, rodeara todo mi cuerpo con unas cosquillas maravillosas que poco a poco se tornaron en mi primer orgasmo del día. Cuando lo consigue yo no quiero que pare y él no puede parar de estimularme, así que, uno tras otro se suceden cuatro orgasmos que empapan mis bragas y dejan mi ser en un mundo de placer, flotando, de donde nada ni nadie puede hacerme salir en ese momento porque estoy allí, con él.

Durante la primera parada aprovecho para subir unas líneas a mi Twitter y a hablar con Rodrigo que, me pregunta, dónde ando a lo que le respondo que ando de ruta con mi hombre y le mando una foto de mi modelito. Me encanta provocar!! No tengo remedio Jajajaja

Cada vez que Jesús tiene que coger algo del vehículo se acerca a darme un beso con carita de deseo y, me gusta mucho que lo haga. Cuando emprendemos viaje, de nuevo, con un rato de carretera por delante hace una llamada a un amigo que conoce de mi existencia y, ademas, me lee y ha escuchado alguno de los audios que he hecho con mis relatos (pronto empezaré a publicarlos, ahora estoy probando). Mientras hablaban mi coño sufría otro manoseó severo, mis piernas volvían a estar abiertas de par en par por lo que cualquier camionero avispado podía darse cuenta de lo que estaba pasando, cosa que me pone muy cachonda, por cierto. Ahogaba mis gemidos, había una conversación por medio, pero me estaba dando cuenta que Jesús provocaba cada vez más que mi placer no fuera silencioso. Jadeaba ligeramente y le explicaba a su interlocutor lo que estaba pasando.

  • Tengo aquí a esta chica que no se que le pasa pero creo que se está corriendo

Cuando oí eso, elevé mi tono para que se oyera mi placer. Creo que estaba poniendo cardiaco a su amigo. No contento con eso, me pasó el teléfono para que hablara con él y le saludara. Así lo hice, con total normalidad, hasta que los dedos de Jesús volvieron a tocar donde mi cuerpo ya no se hace responsable de mis actos. 

  • Tienes un amigo muy cabrón, le dije a Goyo entrecortando ya mis palabras. No podía decir nada, deje que él siguiera hablando Y, seguidamente, me corrí para él mientras exclamaba y alucinaba con lo que estaba oyendo. 
  • Tengo la polla como un martillo percutor, jajajaaja. Como me has puesto!!

Cuando colgamos, Jesús exclamó: “pero, que guarrilla eres, no? A lo que le contesté que, “mucho, mucho, muy guarrilla”. Seguía con mis piernas abiertas sintiendo que mi cuerpo pedía más y más placer. Concateno orgasmos en los que mi cuerpo se estremece ligeramente, con otros en los que los espasmos son claramente visibles con otros que vienen y se quedan en mis adentros. Uno detrás de otro, sin querer dejar de sentir, sin poder cerrar las piernas, sin apresar el placer, lo dejo que fluya para mi disfrute y para el que me lo proporciona, que se que no es poco, lo goza, y, mucho.

Tanto es así que buscó una zona de parada antes de llegar a nuestro destino. Un camino en tierras rojas y de encinas con un sol radiante de pleno invierno con el que no da pereza llevar poca ropa. Según para, entra una llamada y se entretiene en ello. Yo, decido desnudarme, quedándome con el sujetador, el liguero y las medias, sin bragas ya. Están empapadas cuando me las quito y las dejo al sol en el salpicadero del coche. Está deseando colgar, prefiere no mirarme porque se empieza a poner nervioso y tiene que hablar de trabajo pero su mordida de labio cuando me ve, lo dice todo. 

Me había amenazado con una comida de coño y así fue, directo a ello. Se apeó, dio la vuelta y se presentó en mi lado abriendo la puerta y agachándose mientras abre mis piernas y mete la cabeza entre ellas. Mmmmm, el sol de cara, mi coño ardiendo, me corro otra vez. Cuando su cara sale de ahí su barbilla brilla del chorreo que está degustando, los ojos salidos de las órbitas y no solo sus ojos…..salido, salido él también. Quiere meterla pero mi coño esta de cuarentena. Va a tener que follarme el culo. Aún así, con su lengua me folla mi raja, chupa el culo y vuelve a meter la lengua por mi coño. Pufffffff, me vuelve loca. Le agarro la cabeza con ansia mientras el sol calienta nuestros cuerpos, lo recibo en todo él, desnuda, abierta, caliente…

estefania_campo_IMG_20200109_134651A cuatro patas sobre el asiento, él, pie a tierra. Pongo mi culo en pompa, bajándolo un poco y su verga me lo rompe. Que bien entra, que cabrón! Como le gusta mi culo, como me lo folla de bien. Aprieta, aprieta hasta el fondo. Folla, folla, fóllame, así, me vuelves loca, amor!!! Acercó mi mano al clítoris y cuando lo ve me dice: “Así puta, mastúrbate!!!” Me corro brutalmente, es la leche! Como se puede sentir tanto! Grito, grito y grito como me folla el culo, como lo disfruto, como lo gozo….estoy en el campo pero por un momento me doy cuenta que quizás grito demasiado y debería contenerme. En esos momentos de locura total Jesús debería de taparme la boca pero creo que le gusta tanto que lo grite que no le sale tapármela jajaja

Salgo desnuda del coche, me giro hacia él y me abraza mientras nos besamos completamente desnudos en el campo. Es una gran experiencia el poder sentir en todo tu cuerpo la libertad del aire frío tocando tus poros y el sol acariciando la piel cuando esas manos hacen lo mismo con todo el amor del mundo. Nos apretamos, mucho, queremos retener ese momento en nuestros seres y que mejor que así, cerrando los ojos y creando memoria de ello con ese abrazo.

Seguimos nuestro camino sin que él se haya corrido. Vamos con retraso y se agobia, lo entiendo así que….. la obligación antes que la devoción. Paramos a comer, y aprovechamos para hablar de nuestras vidas, bueno, en realidad llevamos hablando de nuestras vidas siete meses y nos quedan muchas cosas por descubrir el uno del otro. Eso, me gusta. Somos dos personas sorprendentes en cuanto a nuestras vivencias y actitud ante la vida, así que, me gusta que sigamos sorprendiéndonos.

En su siguiente parada, cuando me dio un beso en una de las veces que se acercó a por cosas, me dijo: “ la próxima vez que venga te voy a comer el coño”. Estábamos en una zona residencial, sin mucha gente deambulando, pero, en plena calle. Ufff, mi coño latió pero no se lo creyó mucho jajaja, pero, si. Cuando volvió a aparecer se agachó y me pidió que apartara yo las bragas que tenía las manos sucias y, allí mismo, lamió mi clitoris provocando que me corriera en cero coma. Aggghhhhh,  madre mía!!! Y, siguió con su tarea. 

El resto de tarde fue prolífica en cuanto a trabajo, tanto el suyo, como el mío, la verdad. Avancé bastante con la web que estoy preparando para “amantes del sexo” como yo y que lanzare en breve con muchas novedades y cosas curiosas. No os la podéis perder…..

Tuve opción de irme a bailar, una de mis pasiones y abandonar el barco un poco antes de la cuenta pero, el capitán de ese barco demandó que me quedara con él y tuvimos un momento de tensión y risas en cuanto a la toma de decisión. Él o bailar

“Depende de lo que me ofrezcas, si me quedo”, le dije…. uyyy lo que me ha dicho!!!! Reflejaba cara de incredulidad, eso dejó entrever cuando salió ese mensaje por mi boca….. 

  • o sea, que si te follo, te quedas, y si no? Pero que me estás contando!!
  • Pues así, como lo oyes
  • Madre mía, madre mía….. nuestra primera crisis!!!

Me dio por reír, reír a mandíbula batiente. No podía creer que le hubiera afectado tanto lo que le había dicho. Sabe que me encanta bailar, y llevaba todo el día con él. Aunque lo que no dije es que estaba deseando quedarme, tenía que hacerme la dura. De vez en cuando eso es necesario jajajaaj… 

Me quedé,  me quedé, hoy no toca bailar. Bueno, si, voy a bailar con él, con mi hombre. La mejor danza que se puede hacer: el amor.

Él llevaba todo el día visualizándonos en el parking de aquel centro comercial y allí terminamos. Ya de noche, en un rincón que da a un gran descampado, era nuestro momento. Nos desnudamos, me coloqué en los dos asientos atravesada abierta de piernas, ya le he cogido el truquillo a la postura. Eso si, no puedo moverme mucho y tiene que ser él el que tome la iniciativa pero sentirme así, con las piernas de par en par, mi coño totalmente visible a su boca y a su polla me vuelve loca. El, está de rodillas delante de mi con cara de deseo. Su miembro está cada vez más duro, lo soba, lo acaricia mientras me mira y está deseoso de penetrarme. Lubrico cual grifo cayendo por mi culo que sabe que será follado, preparándose, mojándose, abriéndose para esa polla. 

Cuando se tumba hacia mi le suplico que pruebe a follarme el coño, estoy tannnnn salida!!! Quiero polla, no puedo más, me voy a volver loca si no le siento dentro de mi coño. Accede, despacio, lento, con cuidado mirándome a los ojos para ver si tengo algo de dolor. Solo hace dos semanas de mi operación pero no puedo más….. su verga entra, dura, sabrosa, llenándome. La disfruto como nunca,  me corro cuando la deja dentro, me muero del gusto. Mis caderas se mueven lo que pueden para que entre mas adentro mientras me corro. Grito, jadeo, que polla!!!! Mi coño esta muy caliente, la saca. No quiere sentir tanto en tan poco, quiere que le dé el aire. Pero mi culo le pide guerra. La tiene tan dura y aparente para entrar en el que me pregunta que si estoy segura de que que la meta. Yo le digo que si, que por supuesto, que me reviente el culo. Fóllamelo, cabrón. Y, sin más, apunta y mete hasta el fondo. Uauuuuuuu…..me flipa cuando tengo el culo lleno con su polla. Aprieta y bombea diciéndome que tengo un culo único. Elevo las piernas y las apoyo en sus hombros mientras su polla no puede entrar más. Me encharco por momentos. La locura nos invade. Una fuente brota de nuestras entrepiernas, según bombea esa fuente nos empapa la cara, mi pecho, el cristal de la ventanilla que tengo sobre mi cabeza, chorrea líquido hacía mi culo, tambien. Cuanto más bombea, mas brota, mas locos nos volvemos. Estamos poniendo todo perdido pero es tan excitante. Más, mas, quiero mas de eso…. no podemos ni queremos parar cuando eso sucede. Perdemos el control. Nuestras respiraciones están muy agitadas, sudamos aunque no tenemos la calefacción dada y fuera no habrá más que unos pocos grados. 

Nos recomponemos para que se la pueda chupar. Él se sienta en el asiento del copiloto y yo, de rodillas en el otro asiento me echo hacia él para lamer su pezón y comerle la polla. Me pide que me tome toda su leche y después se la dé a la boca. Después de una buena lamida de pezón y unas arcadas para meterme su polla entera hasta la garganta, se la empieza a menear mientras yo sigo con su pezón. No quiero desperdiciar ni una gota de su semen, la quiero toda para mi. Me avisa que se corre y voy a recibirla con ansia a esa verga dura, erecta apunto de estallar. La retengo en mi boca, sin tragar y cuando ya se que no va a haber mas. Subo mi cara para ofrecerle todo dentro de la suya y compartirla. Nos besamos apasionadamente, con furia, con deseo, con pasión irrefrenable. De nuestros labios surgen los te quieros que nos acercan cada día más.

Me puse el vestido y me tiré a sus brazos. Quiero que me abrace, que me sostenga, que me mime. Soy muy afortunada disfrutando de un hombre como él. El día se me ha hecho muyyyyyy corto pero llego a casa agotada. Creo que mis orgasmos son como una sesión muy heavy de gimnasio y dejan mi cuerpo cansado. Voy a dormir como un bebé, un bebé amado y querido. 

Ya te echo de menos, amor.

4 comentarios sobre “Sin saber que ponerme

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